¿Para qué puedes realizar una
terapia de pareja / familiar?
Si gestionarte a ti ya es complejo, cuando tienes que convivir y relacionarte con otras personas y con “su mochila” (historia de aprendizaje, creencias, familia, circunstancias…..) a veces resulta realmente complicado.
Los procesos de pareja son la oportunidad para salir del bloqueo, aunque la dirección finalmente sea tomar caminos separados. Ello se puede hacer construyendo, con respeto y facilitando la situación a los hijos, si los hay.
Salir con serenidad de una relación, aprendiendo y con agradecimiento, cambia enormemente la experiencia. Así, en lugar de traumática, como lo es a veces, con heridos por el camino, se puede convertir en algo que os permita crecer con un coste menor, siendo un ejemplo de madurez para los hijos.
¿Qué puede hacer por ti una terapia de pareja?
¿Cómo funciona una terapia de pareja?
- APOYO en las distintas etapas evolutivas (inicio de la convivencia, llegada de hijos, cambios de trabajo...).
- PROMOVER relaciones saludables, pilotando y liderando, pero no dando por hecho...
- TERAPIA y apoyo en las dificultades de la convivencia sentimental y/o familiar.
- SEPARACIÓN. Pautas de apoyo para la disolución de una relación familiar o de pareja.
El proceso es similar al de un proceso individual (recogida de información, devolución del análisis funcional, plan de intervención, cierre y seguimiento).
En función de las características del caso hay espacios individuales y conjuntos, donde se analiza la propia dinámica de pareja y los aspectos individuales que pueden estar influyendo, tras lo cual se plantea un plan de trabajo (conjunto y/o individual).
Las sesiones conjuntas se hacen siempre cuando la pareja está preparada, siguiendo las reglas que nos permiten construir y no destruir.
¿Cuándo puede ser útil una terapia de pareja?
- Falta alineamiento. “Siento que ya no nos conocemos, no sé por qué estamos juntos, somos tan diferentes…”.
- Falta ilusión. “No tengo ni ganas de ir a casa…”, “siento tanta soledad…”.
- Dejadez, hastío. “Es que ni me mira… pasamos el uno del otro”.
- Faltas de respeto. “Ya perdemos las formas, tenemos cada discusión que nos pasamos y los niños viéndolo…”.
- Problemas de comunicación. ”Siento que no nos entendemos” “No compartimos nada….”, “Ya ni nos esuchamos…”.
- Problemas de autocontrol. “Se altera mucho, genera tanta tensión que siento miedo”.
- Problemas sexuales. “Hace mucho que no tenemos relaciones… nunca me apetece”.
- Celos. “No me fío nada…”, “me siento fiscalizada/o… no puedo más”.
- Infidelidad. “No soy capaz de pasar página…”, “me reprocha constantemente lo que pasó…”.
- Separación. “Ya no queremos estar juntos…pero no queremos hacerlo mal”.